sábado, septiembre 08, 2007

Chimeneas a leña contaminan más que los autos y micros

Si bien la noticia es un poco antigua (Mayo de 2007), toma mas peso mientras mas nos acerquemos al 2008 debido a que: Las estufas a la leña -incluidas las de doble cámara- tendrían sus días contados. La autoridad prepara para el 2008 una norma que impediría su uso en Santiago.

Marcelo Fernández, jefe del área de descontaminación atmosférica de la Conama, brinda ejemplos claros y demoledores. Una estufa a leña contamina 600 veces más que una a gas y 60 veces más que otra a parafina. El experto en aire sucio, junto al director del organismo, Alejandro Smythe, y al técnico del Dictuc, Jaime Escobar, presentó los resultados del inventario de emisiones más actualizado del último tiempo: es de 2005.

Pese a las críticas por lo extemporáneo que resultan los datos para dar cuenta en línea -como piden los expertos-, de la contaminación que atora a Santiago, el informe revela dos cosas "muy significativas". Primero, que entre 2000 y 2005 la contribución de los buses al mal aire se redujo de un 22% a un 8%. Y segundo, que el más importante aumento de emisiones fue anotado por las estufas a leña, pues treparon de un tibio 5% a un caliente 11%.

Según el inventario, hasta 2005 la capital sumó 70 mil estufas a leña que, en un 80%, corresponden a las mal llamadas ecológicas, estufas de doble cámara. En total, los calentadores domiciliarios que queman madera aportan 693 toneladas al año de material particulado grueso (PM10), otras 674 toneladas de PM 2,5, y unas 180 toneladas de gases tóxicos.

Las cifras hicieron saltar drásticamente a las estufas a leña al deshonroso podium de contaminación. Si en 2000 dichos aparatos ocupaban el quinto y penúltimo puesto, hoy pelean codo a codo el segundo lugar nada menos que con los pesados camiones a petróleo que contribuyen con 763 toneladas por año de PM10. Es más, hasta el enorme parque automotor contamina menos que las estufas a leña, pues producen 516 toneladas de material particulado grueso al año. Y peor, las chimeneas domiciliarias generan más del doble de humo negro que los buses de la locomoción colectiva: aún sin Transantiago, las micros envenenaban el aire con 316 toneladas anuales de PM10. Sólo las toxinas generadas por las industrias superan por largo a las estufas: 1.267 toneladas/año de PM10, cifra muy similar a lo registrado en 2000.

Junto con las estufas a leña, el otro aumento medianamente relevante corrió por cuenta de los vehículos livianos. De 2000 a 2005 los autos incrementaron su cuota de un 14% a un 18,2%. Pese a lo anterior ni la restricción permanente a autos catalíticos ni la solicitada prohibición total de estufas a leña en Santiago fueron consideradas para 2007. Todo está en veremos para el próximo año. "No descartamos la restricción vehicular para automóviles catalíticos ni la prohibición de estufas a leña", pronunció Alejandro Smythe, director de la Conama, nada muy distinto a lo que en años anteriores otras autoridades han señalado a la espera de nuevas medidas. Es por eso que, hace una semana, la intendenta hizo un llamado a la ciudadanía al uso racional del automóvil y a no comprar estufas a leña.

En la Conama explican que las razones para no incluir ninguna de las dos medidas se debió a que en septiembre debutará un nuevo control para convertidores catalíticos -vía aprobación/rechazo de revisión técnica- y a que la autoridad prepara para 2008 una norma para estufas, que en la práctica, impedirá el uso del mito ecológico de los aparatos con doble cámara.

fuente: http://www.lanacion.cl/prontus_noticias/site/artic/20070523/pags/20070523215827.html