miércoles, septiembre 26, 2007

Software educativos no han podido demostrar su eficacia

En EE.UU. los materiales que se compran con fondos federales deben presentar respaldo científico que compruebe su eficacia y hasta ahora ninguno lo ha hecho. El aumento del financiamiento para mejorar la calidad de la educación ha derivado en una explosiva oferta de productos entre las compañias de software. 26.09.2007, 11:12

La Tercera.- Las escuelas básicas de Estados Unidos invierten anualmente US$ 1.900 millones en productos electrónicos para apoyar el currículum. Gran parte de este gasto se distribuye en materiales para mejorar las capacidades lectoras de los niños, sobre todo a través de software educativos.

Pero, ¿qué resultados han obtenido los colegios con esta inversión? Esa es la pregunta que se hace Reid Lyon, el experto en instrucción lectora y ex asesor del presidente Bush que en su paso por la Casa Blanca recibió a decenas de compañías que prometían entregar competencias lectoescritoras de la mejor manera. "OK. ¿Qué evidencia científica avala lo que usted está vendiendo?", les preguntaba él para encontrarse una y otra vez con la misma respuesta: un silencio.

Uno de los principales focos de la ley No Child Left Behind (NCLB), que busca mejorar la calidad de la educación nacional, ha sido justamente mejorar la comprensión lectora de los escolares. Debido a ello, los fondos federales destinados a promover la lectura han aumentado. Sólo uno de ellos, Reading First, asigna mil millones de dólares para materiales que apoyen este aprendizaje.

El aumento del financiamiento consecuentemente ha derivado en una explosiva oferta de productos entre las compañias de software, quienes han mostrado un crecimiento de 4,4% anual, casi el doble de lo que ha crecido el mercado de los materiales educativos tradicionales.

Sin embargo, en EE.UU. todos los materiales educativos que se compran con fondos federales deben presentar un respaldo científico que compruebe que son efectivos y hasta ahora ninguno de ellos lo ha hecho, e incluso diversas investigaciones externas a las compañías productoras han llegado a la conclusión de que los software no funcionan mejor que los materiales tradicionales.

Una de las empresas distribuidoras más grandes de EE.UU., Pearsons Digital Learning, que tiene sus productos funcionando en 13.000 aulas con un costo de 500 dólares por niño, fue acusado de que su tecnología no aportaba a los alumnos. Una escuela de Los Angeles usó su software 30 minutos diarios durante tres años para acelerar las habilidades lectoras de kinder y primero básico, y comprobaron que los estudiantes que usaron el programa no tenían mejores habilidades lectoras que aquellos que nunca se expusieron a él.

fuente: mouse.cl